Uno de los consejos que primero comparten los especialistas es reducir el consumo de sal a cinco gramos diarios, la cantidad que cabe en una cucharilla de postre. Además de ser un condimento que fomenta la hinchazón, su exceso favorece igualmente la retención de líquidos. Para no superar este límite, también hay que tener en cuenta los productos que ya incluyen sal en su composición.
Como bien es sabido, los ácidos grasos omega 3 son muy beneficiosos para la circulación, la salud cardiovascular y, por ende, las varices. Siguiendo sus increíbles propiedades, los expertos recomiendan incluir aceites vegetales, frutos secos y semillas a la dieta diaria. Mientras que al mismo tiempo se reduce la presencia de grasas saturadas como la mantequilla, la manteca de cerdo, la bollería o los embutidos. Sin olvidar el preciado pescado que también incluye este nutriente en su composición.
Tal y como revela una investigación realizada por el Medical Center de la Universidad de Maryland, en Estados Unidos, la fibra dietética de las verduras de hoja verde ayuda a mantener las venas en perfecto estado.
Asimismo, frutas como la piña, la naranja o el limón también favorecen el retorno venoso gracias a sustancias como la bromelina, que reduce el riesgo de coágulos de sangre en las venas, o la vitamina C, que aumenta la flexibilidad capilar y combate de manera directa las varices.